También, se pensó mucho el título y finalmente decidimos: “La Cosecha de los Lunares”. “Lunares” es el sobrenombre que, en el pueblo, se da a la familia. Y por otro lado, “Cosecha ” es el Significante – Relato que desencadenó en todos nosotros el ánimo de la Memoria contra el olvido. Toda memoria es histórica y es un aspecto destacable en el documental; es Local y es Universal.
Así que no puedo dejar de reseñar que todos los participantes entrevistados en el documental somos hijos de pequeños campesinos. Fuimos los primeros licenciados, maestros, profesores, empresarios y profesionales que salimos de una barriada que no contaba con ningún medio cultural ni de comunicación. Solamente la radio en la que escuchábamos la Pirenaica. Radio independiente en el exilio, y lo hacíamos junto a nuestro querido maestro: Don Paco.
De hecho, para Don Paco y Doña Conchita, la escuela fue la forma de poder sobrevivir al régimen criminal de nuestra guerra civil y posguerra. Represaliados por sus antecedentes.
En efecto, la Historia nos persigue: Arturo Fernández de Arellano, padre de Doña Conchita, era Ingeniero de Minas y Teniente Coronel Republicano en la zona de Cartagena y Secretario del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora. Pertenecía al quinto regimiento y fue asesinado por el bando franquista. Don José Alarcón Fernández de Arellano, hermano de Don Paco, también republicano, permaneció durante dieciséis años preso entre el penal de Cartagena y el del Aium.
Finalmente, en aquella maravillosa escuela crecimos en el límite de la legalidad, en un tiempo de posguerra prolongado y fatal. De este modo, se puede considerar este Documental-Homenaje extensible a La Escuela y a todos los maestros y maestras y represaliados/as por el franquismo.